Julia cry: una voz emergente llena de resiliencia

NACHO FUENTES

El martes 19 de noviembre, ELEKAESE tuvimos el placer de charlar con Julia Cry, una de las artistas emergentes destacadas del panorama musical actual. A sus 22 años, Julia ha experimentado un recorrido lleno de aprendizajes, crecimiento personal y profesional, y, sobre todo, una conexión profunda con la música como forma de expresión y evolución.

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Entrevista a Julia Cry

Entrevistador (E): ¿Cómo nace Julia Cry como artista?

Julia Cry (J): Julia Cry nace de Julia Moreno, que es el nombre que me dieron mis padres. Desde pequeña siempre tuve las ideas muy claras. Siempre tuve mi manera de ver las cosas, de pensar, he sido muy tozuda en algunos momentos, con lo cual también estaba metida en fregados. Era muy buena, pero a la vez muy sensible, digamos que era la típica justiciera. Era muy artista, pintaba mucho, por el arte me desahogaba bastante. El arte siempre estuvo ahí: siempre he pintado, siempre he escrito, he cantado también. Cantar era lo que más vergüenza me daba. De pequeña jamás me habría imaginado siendo compositora, cantante, nada de eso. Era de las que cantaban en la ducha, que nadie me mirara ni escuchara.

Con el tiempo, al llegar la adolescencia, que fue peor aún que la primaria, tuve dilemas, no sabía qué estudiar ni qué hacer con mi vida. Pasé malas rachas en el instituto y en casa. La música siempre estuvo ahí, ya fuera escuchándola en la calle con mis amigos o escribiendo en los momentos que lo necesitaba, sobre todo cuando estaba triste. Un día me di cuenta de que tenía muchas letras, mucho material, y pensé que quizá podía hacer algo con ello. No veía nada más que me gustara o motivara, y decidí tirarle a la música, aunque al principio no tenía mucha confianza. En mi casa también se ha escuchado siempre mucha música, se ha bailado mucho, se ha cantado mucho, se han tocado muchos instrumentos. Era algo que tenía muy presente.

Al final yo creo que quien no saca música es porque le da vergüenza, por el miedo al qué dirán, y si no gusta, y si me critican, pues llegó un momento en el que dije, me tiene que dar igual, y empecé por ahí.

E: Desde aquella chica de 16 años hasta ahora, que tienes 22, ¿cómo ha sido tu evolución como artista?

J: Ha sido una evolución enorme. Cuando empecé, era una niña, aunque algo adelantada para mi edad. Siempre me rodeé de gente mayor, pero aun así no dejaba de ser una niña por muy inteligente que yo fuera, seguía siendo inexperta. Cometí muchos errores y tuve malas compañías que no me trataron bien. Era una etapa en la que me sentía vulnerable, influenciada por otros, y a menudo dudaba de mi camino, no sabía como funcionaba nada de la industria. Quería hacer las cosas bien, pero factores externos me hacían no poder hacer lo que yo quería realmente.

Recuerdo que una de mis primeras canciones, La Escuela, estuvo a punto de no salir porque alguien muy cercano, que me ayudaba a financiarlo todo, no creía en ella. Esa canción, que hoy acumula casi un millón de escuchas, es un ejemplo de cómo he tenido que superar las opiniones ajenas. Con el tiempo, conseguí ubicarme y salir de ahí y funcionar sola.  Aprendí a confiar en mí misma, a rodearme de personas que me valoran, y a formar un equipo que siento como mi familia.

A nivel logros, en el momento que decidí hacer el cambio de una Julia a la otra, empezar de cero y empezar con lo que yo quería hacer, en cuestión de dos años, creo que he conseguido bastante. Estoy también agradecida con los oyentes que tengo, con mi público. Hay gente que se tira muchísimos más años subiendo música y lanzando cosas y no llegan a los oyentes que tengo yo ahora. Espero ir creciendo más con el tiempo, vivir de esto y ojalá un día llenar un estadio y cantar mi música aún con más gente, cuando canto en un sitio me siento como en casa. Ahora, aunque tengo mis días de dudas, estoy tranquila y agradecida por todo lo que he conseguido.

E: Lanzaste Elemental en 2022 y este año has sacado Insisto. ¿Qué diferencias ves entre ambos proyectos y qué has aprendido desde tu primer EP?
J:
Realmente Elemental recoge las primeras cuatro canciones con las que empecé. Son muy distintas entre sí porque quería probar géneros y estilos. En su momento, las lancé como canciones independientes, pero más tarde vi que las quería conservar porque eran parte de mi repertorio y no se las quería quitar a mi oyente, por malos recuerdos que me pudiesen traer. Las reagrupé en un concepto único, relacionado con los cuatro elementos y cada una de las canciones representa uno distinto. Lo reformé todo; no me gustaban los vídeos, las portadas, no me gustaba nada. Mi mánager me ayudó bastante en ese momento. Hice los vídeos y las portadas de nuevo, remastericé los temas y me quedé super a gusto con esa decisión.

Luego ya saqué, Insisto que es un álbum más largo, con canciones dentro de una misma órbita. Es más quejoso, más cañero, con más críticas sociales. Lo trabajé desde cero, con las ideas claras y con mi equipo actual y en Murcia, en mi tierra. Las trabajé con mis dos productores de aquí Noel y Blanco. Fue un proceso largo, pero muy chulo, con buen paso, sin prisa, pero con constancia a la hora de trabajarlo. Eran nueve canciones y muchas horas de estudio, cada vez que hacíamos un rodaje de cualquiera de ellas eran dos o tres días de grabación; más el tiempo previo de guionizarlo todo, porque todos los vídeos que he hecho para Insisto son súper narrativos. Las horas de trabajo merecieron la pena.

E: Tus temas abordan temas como el amor, el desamor y la crítica social. ¿Cómo decides qué mensajes plasmar en cada proyecto?

J: Yo venía de una etapa en la que no había podido decidir mucho sobre qué hacer o qué no, porque me sentía todo el rato muy manipulable. Al no tener decisión, al no ser yo la que financiaba el proyecto cuando empecé y financiarlo otra persona, había muchas cosas a las que accedía. A la vez pasé por una relación de malos tratos con esta misma persona.

Yo venía de un momento súper débil, no me quedaban fuerzas. Entonces, tenía ya la canción La Escuela y alguna más, como la de Chico Cuidado. En esa transición por la que pasé al salir de esa relación, empecé a buscar cómo florecer, y comencé a hacerlo. Fue una fase muy complicada, pero tuve ahí una «explosión».

Mi cabeza reventó por muchos lados y a nivel creativo se me fue la pinza. Hice muchas canciones como Chico Cuidado, Me he equivocao’ de camino. También estaba trabajando de camarera y tenía que aguantar a muchos machirulos en el bar, a muchos clientes insoportables. Justo en esa época hice solita un viaje a Madrid, y conocí a un chico que se llamaba Ludovica, que era trans.

Me pasaron muchas cosas que me daban mucho qué pensar todo el tiempo. Venía de la relación de malos tratos, venía de estar aguantando la figura del hombre machista en mi vida personal y luego en mi día a día, en lo laboral como camarera. Luego, conocí a personas maravillosas dentro del colectivo, que a lo mejor no estaban tan visibilizadas. Tenía muchas cosas para contar.

No hice el álbum pensando en: quiero hablar de todo esto. No. En esa fase de mi vida, hice muchas canciones, y cuando vi todas las que tenía, dije: “¡Guau! Aquí tengo un álbum, literal”.

Ahora mismo, estoy pensando en otro álbum que quiero hacer, y tengo como varias canciones. Pero no es que me siente y diga: voy a hacer un álbum, voy a hacer un EP. No. De repente veo las canciones que tengo, que a lo mejor pertenecen a una fase de mi vida, con lo cual van todas como en una sintonía que a mí me transmite algún tipo de cohesión.

E: ¿Qué te aportan Noel y Blanco a tus proyectos y cómo es vuestra dinámica a la hora de estar en el estudio y grabar?

J: Yo, la mayor parte de las veces, lo que hago es llegar con una idea previa. Yo produzco en casa y no soy una productora experimentada, pero me da para manejarme y hacer maquetas o al menos la demo de lo que quiero trabajar. Suelo ir con mi idea y lo que me gusta de ellos es que conocen mi sonido muy bien, porque mi sonido también lo empecé a crear con ellos cuando comencé desde cero y estuve buscando por dónde tirar. Probé varios productores, varias personas de aquí, de Murcia. Y con ellos fue con los que mejor me sentí a la hora de crear el sonido. Cuando quería hacer algo, se lo transmitía y ellos lo entendían. No solo lo entendían bien y lo respetaban, sino que también aportaban y sumaban cosas que a mí realmente me movían.

La relación que tengo con ellos es como una relación de familia, son como mi hermano, como mi prima. Yo con ellos he pasado de todo, y la conclusión final es que les quiero muchísimo. Yo creo que mientras los tres nos podamos cuidar y tengamos cerca, aunque sea a distancia, seguiremos trabajando por el aprecio que les tengo y porque realmente me gustan sus ideas y siento que me suman en muchos aspectos.

E: Hablando un poco de los proyectos recientes y los próximos que tienes.  Te han nominado a unos premios de música en la región de Murcia. ¿Cómo te sientes al respecto?

J: Me siento genial. Muy feliz. Me da mucho gusto que se reconozca el esfuerzo y el trabajo que hay detrás de este proyecto. Es lo que digo siempre, que este es un proyecto que no cuenta con el apoyo de ninguna discográfica, cuenta con los recursos que tengo yo, con lo que me ayuda mi equipo y ya está. Las canciones, los vídeos, todo lo que he hecho, lo hemos hecho entre la gente con la que voy, a base de mucho esfuerzo y muchas horas. Yo por mi parte, he invertido todos mis sueldos en la música. Es lo que me gusta y lo que me mueve. Entonces, claro, cuando apuestas todo y no se valora, dices «qué mierda», piensas que tal vez te estás volviendo loca apostando por algo que no tiene futuro. Pero en mi caso, como veo que a la gente le mueve, que de verdad le gusta lo que hago, eso ya me motiva lo suficiente. Y cuando pasan cosas como estas, como que me nominen en mi ciudad a tres premios, siento un suspiro de alivio. Es una suerte que haya gente fuera de mi círculo cercano que valore lo que hago. Que gente dentro de la industria lo vea, que lo puedan valorar desde un ángulo más profesional. Y, aunque no me lleve el premio, me siguen valorando. Eso es muy importante. Nominada o no, soy muy feliz igual, y sigo apostando por la música.

E: ¿Cómo viviste la experiencia en el programa de RTVE Fit? ¿Cómo viviste tu evolución?

J: Fue intensísima, dura, divertida, única, y una experiencia a la que le agradezco mucho porque nunca me he visto en una así. Ni sé si me veré en una igual, lo dudo. Me dio muchas cosas con las que volví a casa. Volví con amistades preciosas, con gente de la música que me encantó, muchos descubrimientos musicales. También a nivel personal, supuso un antes y un después en muchos aspectos de mi vida.

Yo venía de estar con un chico con el que estaba muy mal, y estando allí fue cuando se acabó la relación. Lo pasamos fatal, pero hoy ya nos llevamos bien, nos tenemos cariño. En el programa, hacía mis participaciones, pero me sentía mal por la relación.

Fue todo muy intenso. Tú estás en el programa y te ven en la cámara, pero no te grababan las 24 horas, así que había mucho más detrás de esos momentos televisivos: el compañerismo, los dramas, los nervios, muchas cosas que entran en juego.

Mi primera actuación, «Mafiosa», me encantó, la gocé mucho. Luego, cuando me tocaba cantar canciones que no eran mías, que no elegía, sufría más. Me gusta mucho hacer mis cosas. Mafiosa era una canción que elegí a dedo y aunque no fuera mía, la sentía muy mía. Luego, las pruebas y retos fueron más difíciles, pero también enriquecedores. Fue una experiencia única, sin duda.

E: ¿Qué estilo o proyecto te gustaría probar en el futuro?

J: Yo hago mucha música afro, también un poco de dancehall, con mi swing,  me gusta mucho el blues y el jazz. Hago mis mezclas por ahí. Y si tuviera que decir algo nuevo, por ejemplo el otro día hice un corrido y me gustó mucho la experiencia. Creo que me gustaría probar cosas más acústicas, creo que lo urbano ya lo tengo muy mascado. Me gusta cantar y donde me pongan, estoy cómoda. Realmente pienso que lo acústico me gustaría mucho. Crear algo con una buena banda, hacer locuras con ellos, hacer producciones y canciones full acústicas, pero con sonidos modernos también. Es que me pongo feliz mientras lo digo. Me gustaría probar muchas cosas dentro de lo acústico.

 E: Para terminar, mirando hacia el futuro, ¿qué metas te gustaría alcanzar como artista y qué futuros proyectos tienes en mente?

J: Mi meta es ser feliz.

Eso es lo que siempre digo, mi meta como artista es ser feliz. Pero la felicidad son momentos. Así que pronto dejaré de decirlo porque realmente nunca la alcanzaré al 100%. Pero bueno, ser lo más feliz posible con mi vida, con este camino que he escogido. Aprender a vivir siendo artista sin sufrir tanto, porque soy muy exigente y perfeccionista conmigo misma.

Poco a poco intento calmarme, relajarme, y entender que lo que hago está bien. Eso es lo que quiero lograr. Ojalá algún día llenar estadios, pero no sé, no puedo decir que me gustaría llegar a ciertos oyentes o cifras. Mi música es lo que quiero hacer llegar, cuanto más lejos llegue mejor. Me gusta lo que transmito, lo que escribo, los mensajes son bonitos, inofensivos y pueden hacer pensar. Me gustaría que mi música trascienda, no yo como persona, sino lo que hago.

En cuanto a proyectos, a corto plazo tengo algunas fechas en Madrid, cantar en Barcelona, moverme más por España, visitar zonas del sur y norte que nunca he pisado. Mi objetivo ahora es hacer más shows, que tengo muchas ganas. Me encanta cantar en vivo con la gente cerquita. También quiero sacar música nueva, aunque ahora mismo estoy tomándome un respiro para calmarme y no exigirme demasiado. Pero pronto, muy pronto, sacaré música nueva.

Julia Cry es un ejemplo de constancia y evolución. Con un recorrido lleno de lecciones de vida, es una artista que no tiene miedo de mostrar su verdadero yo, y su música sigue llegando a quienes se sienten identificados con su mensaje. Si algo está claro es que Julia, con su talento y autenticidad, tiene todavía mucho por ofrecer al mundo.

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