Bona Dea, también conocida como la «Buena Diosa,» era una divinidad romana de la fertilidad, la castidad y la curación, venerada exclusivamente por mujeres. El culto a Bona Dea era privado y se celebraba en secreto, sin presencia de hombres.

Este culto se volvió a repetir el 21 de junio en la sala Moby Dick, en el Paseo de la Castellana, donde las chicas de Alternativa Sonora reunieron a cuatro artistas que impresionaron a todos los presentes -entre los cuales, en esta ocasión, también había hombres-.

Elena Mesa: «casi es adictivo caer al vacío a tu lado«

Mientras caminaba con sus botas de serpiente y alzaba sus mangas transparentes, Elena Mesa entonaba «yo no canto canciones de amor, pero tú eres la excepción«.

Efectivamente, Elena hizo una excepción. Generalmente, no le gusta escribir sobre el amor en sí. Cierro los ojos, Diablo, Desnúdame y Quemándonos son temazos y ejemplos indelebles de ello.

«Prefiero hablar de esas relaciones que chupan la luz de las personas«, asegura Elena. A tales efectos, emplea la música para describir trasfondos que pueden estar presentes en relaciones tóxicas: «Eres malo como el diablo, te crees importante cuando estoy a cuatro»; «casi es adictivo caer al vacío a tu lado«, son alguna frases que aún me resuenan.

Patricia Lint: «solo si me miras«

Dulce y de mirada sincera, Patricia Lint regaló a los presentes, entre otras obras, su último lanzamiento: Sola si me miras, un tema que ha sacado con su compañero, Manu Oliva.

Habla de la terrible soledad que a veces se puede sentir cuando el amor no ha funcionado y solo quedan el sufrimiento y los recuerdos resquebrajados. Un sentimiento que la voz de Lint, el ritmo de la melodía y los minuciosos detalles de su composición, transportaron al público.

Además, Lint está en una fase experimental y afirma que ahora está «explorando la confianza en las relaciones«, un enfoque bastante diferente al de «sola si me miras« y que nos adelantó en primicia con Amarre. ¿Se abre una nueva fase temática en el catálogo musical de la artista? Desde LKS le seguiremos el rastro.

Adriana Terrén, «un poquito de A&B y lo que surja«

Spoiler: surgió muchos que «un poquito de A&B«. Adriana Terrén tenía preparado al aforo de Bona Dea un completo espectáculo con bailarines expertos, escenificaciones brutales y ritmos evocadores que impulsaron al público a intentar moverse al son de los artistas del escenario.

Todo convergió en una conexión sin igual con el público, expectante de cada movimiento que se mecía entre los bailarines y la cantante. Sincronizados. Entremezclados. Nos entrecortaron la respiración varias veces mientras nos dejaban deseosos de más, de ver qué nos deparaba la próxima canción.

Deja Vu, Relamerlo y Mi Favorito fueron algunos de los temazos que atraparon los oídos y los ojos de todo el público. Como dice en una de sus canciones, Adriana Terrén «se desnudó emocionalmente». Y funcionó.

Nenúfar: flotando en la pista

La noche se cerró con Nenúfar, una DJ de techno que sabe cómo animar al público. Este se encontraba algo alicaído después de la intensidad de las tres actuaciones previas y la llegada de la medianoche, que a veces no perdona al ánimo.

Nenúfar tenía el reto de levantar sus ganas de volver a bailar. Algo que fue haciendo paulatinamente con la energía y vibraciones que su mesa de DJ y su vigorosa personalidad desprendían.

Así las cosas, el objetivo de Alternativa Sonora se cumplió: la noche fue todo un culto a la divinidad Bona Dea, presente en el alma y la pasión de todas las artistas, que nos dejaron sobrecogidos, deseosos de compartir los unos con los otros nuestras visiones. Pero ¿acaso las palabras podrían hacer justicia a nuestras impresiones más sinceras?

Yo no lo creo, confío más en el poder de las imágenes, que saben mejor cómo poner nombre a lo inefable. Un poder que mi compañera Ruth Sierra domina con su cámara y punto de vista únicos. Por ello, te invito a observar todas sus imágenes, preciosas a la par que evocadoras, aquí abajo: