El artista madrileño nos ofrece un viaje a su versatilidad musical como productor y cantante explorando géneros como el drill, el dancehall o el funk brasileño
CARLOS DELGADO
«En mis temas se ve que me perdí, me ha tomado un tiempo, pero volví» – «Drill Espiritual». Si «Vacío Blanco», el penúltimo álbum de Zetazen lanzado hace más de 2 años, simbolizaba la tristeza y frío de un domingo invernal o de un «viernes noche en casa» escuchando música en acústico, donde la introspección generaba una ausencia de color hacia un futuro incierto; «y cuando nos crucemos, qué?» es todo lo contrario, es una transformación del artista de sentirse perdido al verdadero autoconocimiento, es una brisa veraniega al atardecer, un calor acogedor que te abraza hacia un presente esperanzador, que deja atrás todo lo malo y llena de color tu vida. Es un baile de celebración de la vida. El aura que genera Zetazen en su nuevo álbum está al nivel de la conexión inconsciente que los fans sienten entre ellos y con el artista madrileño en cada uno de sus conciertos. Unas emociones que van desde el llanto de tristeza hasta las lágrimas de alegría como liberación del alma, y Rubén ha sabido reflejarlo a la perfección con «y cuando nos crucemos, qué?».
Pero todo este viaje comenzó con un vuelo privado -no comercial- un miércoles 7 de febrero en pleno centro de la capital madrileña. En el Café la Palma -donde Zetazen celebró uno de sus primeros conciertos en su ciudad natal- un grupo reducido de fans sacaron la tarjeta de embarque para escuchar de primera mano lo que significaba «y cuando nos crucemos, qué?» -cuando todavía se encontraba en proceso de producción y se transformó de un EP a un LP-. Rubén pudo transmitir algunas vivencias personales que le habían llevado a desarrollar cada una de las canciones que han compuesto este álbum, en el que trata temas como la importancia del cuidado de la salud mental a partir del amor propio, la necesidad de cuidar o cortar las relaciones, o hacer caso a las energías y a la propia intuición.
Los últimos meses del artista madrileño han sido un cúmulo de turbulencias de emociones. Tras realizar un ‘sold out’ histórico en noviembre en la Sala La Riviera, con una cola que daba la vuelta a la manzana del Puente de Segovia; el día de San Valentín hacía un regalo de enamorado a sus seguidores con el lanzamiento de ‘Manos Frías‘, su primer libro de poesía y número 1 en ventas en España durante algunas semanas del año.
Con el lanzamiento de «y cuando nos crucemos, qué?», Rubén ha querido hacer otro regalo a sus seguidores y los que hayan realizado el ‘pre-save’ del álbum en las plataformas de música y rellenasen un formulario, entran en el sorteo de 2 entradas para cualquier ciudad del tour del álbum en las que tendrán acceso a ver el montaje del equipo, a las pruebas de sonido, y a compartir todo ese tiempo con Rubén y su equipo hasta el comienzo del show.
Sin embargo, el pasado mes de abril ha sido el más duro para Zetazen. El rapero ha confesado que en Madrid no conseguía sacar la energía para terminar el disco, «dar ese último esfuerzo». Haciendo honor a la inspiración que le caracteriza como músico y que le ha llevado a desarrollar el concepto del disco, Rubén cogió un último vuelo de iluminación artística y un definitivo «salto de fe», y consiguió deleitarnos con su álbum más versátil como productor y cantante, abarcando géneros desde el drill, el trap, el dancehall, el funk brasileño o el rap más puro, volviendo a sus orígenes.
No sabemos si ese último viaje habrá sido a Galicia y le dará otro disco de oro como con «Me Va Bonito»: «Me tomo diez mirando al mar gallego y ya ves», lo que si sabemos es que estamos delante de su obra más completa y dará mucho que hablar dentro de una escena urbana española cada vez más reñida. Acompáñanos a realizar una cata a este vuelo que esconde un mensaje muy potente lleno de esperanza y valentía, tan necesaria en una sociedad donde se está poniendo de relieve la importancia de la salud mental. Para Rubén este avión fue el estimulante del desarrollo de un proceso de aprendizaje y evolución sobre todo lo bueno y malo que le ha ocurrido durante este año y el anterior. Un punto y aparte para dejar atrás el pasado y comenzar algo nuevo. Como coger un vuelo con un rumbo hacia ninguna parte y dejarse llevar por el destino, queriendo cambiar radicalmente la vida de uno mismo.

ANÁLISIS ‘TRACK BY TRACK’
1. 5:55 AM (Check in)
El 10 de marzo Zetazen enviaba un correo electrónico a sus seguidores suscritos a su newsletter mencionando que el día 9 recibió la noticia a las 5:55 de la tarde de que su libro ‘Manos frías’ fue esa semana el más vendido de España en su sección. Todo parece indicar que con motivo de esta celebración decidió rendirle homenaje a estas manecillas del reloj poniéndolo como título de la intro de «y cuando nos crucemos, qué?», que comienza con una nota de voz en la cual Rubén explica el significado del concepto del álbum: Una larga espera en un aeropuerto preparando el momento exacto -que finalmente llega- para embarcarse en un viaje que deja atrás todo lo malo desde la aceptación y aterrizar en un lugar nuevo donde todo lo bueno está por venir. Álbumes como «Elegant Pain» o «Vacío Blanco» también partieron de este proceso. Pero este «salto de nivel conlleva dejar atrás viejas creencias, recuerdos, personas, lugares…» y nos invita a acompañarle en este proceso realizando el «check in» para montarnos en su vuelo. Por ello finaliza con: «Un mal día para el ego, un buen día para el alma. Nos vemos. Buen viaje».
Otra hora del reloj que simboliza un bonito recuerdo para el artista y para los fans, después del famoso «3:43», que simboliza la hora de la noche donde todo está en paz y donde la inspiración aflora.
Toda la intro está escrita, producida e interpretada por Zetazen y masterizada por Slatin.

2. Día Cero
«Un día cero tal vez sea un buen día para volver a empezar». Siguiendo con este proceso de introspección, comienza el álbum Zetazen con el concepto de partir desde cero en un lugar nuevo sin mirar al pasado ni al futuro, sino dejándose llevar por el presente. Pero agradece a una persona especial que le ha salvado de caer en una mala etapa y le recuerda que estará para siempre a su lado aunque se marche, que se volverán a reencontrar y le devolverá ese favor. Ese mismo proceso de aprendizaje que le ha servido para aprender «a no necesitar de nada para estar bien» y que le ha ayudado a mejorar su salud mental: «Hice de mi mente un mejor lugar en el que estar».
Todo este estímulo de esperanza y felicidad lo transmite sobre una instrumental de hip hop con elementos electrónicos y unas líneas de guitarra muy marcadas, tan influenciadas en la música del artista madrileño en sus últimos años. Los coros de fondo se funden a la perfección con la melodía en su conjunto. Los detalles de los ‘claps’ del estribillo armonizan a la perfección la melodía, y en los conciertos va a ser un momento muy emotivo entre público y artista.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen, Raúl Nadal -con quien ya colaboró en «Roto, Bonito y Flex»– y Skash, también presente en «170 KM/H» junto a Nadal. El mastering corre a cargo de Slatin.
3. 170 KM/H
La primera y única colaboración de «y cuando nos crucemos, qué?» fue uno de los pocos adelantos del álbum que dejaban con la miel en los labios a unos fans que recibían con los brazos abiertos a un KYOTTO al que tienen un cariño especial por canciones como «Supernova» o «Bandido», gritadas a pleno pulmón en La Riviera en noviembre y que dejaban sin voz a más de un fan.
«170 KM/H», publicada el pasado 17 de mayo, es una reflexión emocional sobre una relación amorosa que ha llegado a un punto crítico. Zetazen y KYOTTO expresan su deseo de volver con la persona que aman. Los «170 KM/H» simbolizan cómo se sienten alejados de su amor y, debido a la intensidad de sus emociones, siguen acelerando hacia ella -en este caso en el concepto de un coche DeLorean en lugar de un avión-, sin un destino claro en mente. La canción también aborda la soledad que sufren y la dificultad de dejar ir a la persona que aman y finalizar la relación.
Todos estos sentimientos lo transmiten sobre una instrumental de hip hop con elementos electrónicos y una batería y una guitarra muy marcadas. La voz aguda de KYOTTO se funde y armoniza a la perfección con la voz grave de Zetazen.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen y KYOTTO. La producción corre a cargo de Zetazen, Raúl Nadal y Skash. La mezcla y el mastering están realizados por Slatin.
4. no sé
Uno de los primeros adelantos del álbum fue «no sé», publicada en octubre del pasado año, y provocó una ruptura conceptual con toda la música producida por Zetazen hasta el momento. El artista madrileño deseaba innovar y esta producción alcanzó un nivel inimaginable que rompió todos los esquemas preconcebidos de todos sus fans en particular, y de toda la música urbana, en general.
Esta instrumental de electrónica que incorpora elementos que provienen del dancehall o el trap, se funde y armoniza a la perfección con la voz áspera del cantante madrileño. La influencia en la producción de Mabbi se ve reflejado también al añadir toques de géneros como el afropop o el funk brasileño. Las cajas y los bombos tan marcados junto con los toques del sintetizador generan una combinación perfecta. Es una «ida de olla», si me permiten la expresión, cómo fluctúa entre ambos canales de audio, la voz y la instrumental de la canción, y cómo el estribillo le da un toque final rematando una obra extremadamente completa. Simplemente hay que observar cómo «se vino abajo» La Riviera con el estribillo de «no sé».
El tema de la canción trata de cómo Zetazen ha superado una relación de amor del pasado, el arrepentimiento de haber estado con esa persona y cómo evita volver a caer en las tentaciones.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción y la mezcla corre a cargo de Zetazen y Mabbi. Toda la pista está masterizada por Slatin.
5. Batería Social A 0
La quinta canción y ecuador del álbum fue el regalo que Rubén hizo a sus fans al finalizar el concierto de La Riviera al publicarla en primicia. En «Batería Social A 0», Zetazen cambia de estilo musical por completo y recupera la guitarra electroacústica tan representativa de álbumes como «Vacío Blanco» y le aumenta los bpm a las cajas y los hi hat para darle un toque especial a esta instrumental. A algunos fans les disgustaba de las canciones en formato acústico de Zetazen que tuviesen un formato lento. Con este concepto nuevo posiblemente haya contentado a todos ellos, a la vez que ha añadido elementos nuevos a un hip hop últimamente muy encasillado en unos parámetros muy rígidos.
La temática de la canción deja un mensaje muy importante en la sociedad actual y que puede ayudar a mucha gente. Zetazen relata cómo no se siente cómodo rodeado de gente que no conecta con su personalidad y que son muy superficiales y no tratan temas profundos. Debido a ello, quiere cortar la relación con ellos, ser fiel a sí mismo y así dejar de sentirse solo rodeado de gente. «Jamás podría ser uno más, ni lo quiero. Creo que ya me cansé, de vacío ya está el mundo lleno».
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen. La pista está masterizada por Slatin.
6. Drill Espiritual
Con «Drill Espiritual», Zetazen vuelve a rompernos todos los esquemas preconcebidos. El productor madrileño se atreve a aventurarse por primera vez en su carrera en el género ‘drill’, un subgénero del rap originario de Chicago en los años 2010.
La instrumental de esta canción tiene los característicos sonidos bajos 808’s del trap, originarios de la caja de ritmos Roland TR-808. Unido a estos golpes de batería, donde el segundo golpe ‘clap’ está retrasado una cuarta, los hi hats están a contratiempo como en las producciones de afrobeat. Zetazen también explora toda su creatividad en los ‘slides’ y en samplear una parte de la canción «Seguir» de «Elegant Pain», así como en los elementos electrónicos que introduce de fondo o en detalles como los sonidos del iPhone.
En la producción vocal, Zetazen utiliza el autotune como complemento, aunque no tan excesivo como en las producciones americanas, y también emplea sus característicos coros.
El tema de la canción trata sobre dejar el pasado atrás, hacerse responsable de sus propias decisiones siendo fiel a uno mismo y mirar al futuro. Pero sobre todo, terminar relaciones con personas que no aportan nada positivo en tu vida y que se están yendo de ella, y afrontar el futuro con perspectiva e ilusión.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen. Toda la pista está masterizada por Slatin.
7. R.I.C.O.
En la séptima canción del álbum, Zetazen vuelve a cambiar de género y nos ofrece una instrumental dancehall al estilo «Me Mato».
El piano, junto con los detalles vocales y los bpm más lentos que las otras producciones del álbum, nos ofrecen una sensación de calma y relajación que invitan a bailar y producen una sensación de felicidad que se suma a la temática de la canción. Las cajas con menor protagonismo en contraposición a los golpes del bombo muy marcados en el estribillo, son detalles que completan una producción redonda.
El título puede hacer referencia a la famosa canción de Drake y a la que otros cantantes españoles como C. Tangana han hecho homenaje. La canción es una oda al amor a una persona que Zetazen quiere, con la que confía ganar millones juntos dedicándole canciones, y con la que siempre elegirá estar. «Reparto contigo los hits que te dedico».
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen y Mabbi. Toda la pista está masterizada por Slatin.
8. Pongo yo el precio
La octava canción del álbum fue el primer adelanto de «y cuando nos crucemos, qué?» que se publicó en agosto de 2023, cuando el concepto ideado era el formato EP.
Zetazen vuelve a cambiar de género y nos ofrece una instrumental de hip hop con detalles electrónicos y unas líneas de guitarra muy marcadas, con un tempo que vuelve a ser más calmado.
La canción hace referencia a que es uno mismo quien debe establecer los límites y valorarse como debe, para así ser la persona que uno quiere ser, y no la que otras personas desean que seamos, en un mundo que muchas veces puede resultar agobiante.
El artwork «Rex Mei Pretti», que se traduce del latín como «Rey de mi valor», es un grabado en la corona de la carátula del single, que quiere reflejar la esencia de este mensaje tan valioso en una sociedad en la que en muchas ocasiones nos vemos mal infuenciados por opiniones externas.
Basándose en este mensaje de valorarse a uno mismo, Rubén quiso homenajear hace unos meses a su público: «Y sé que no puede ser, que se llene La Riviera y no lo pueda agradecer».
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen. La pista está masterizada por Slatin.
9. LEALTAD
Con «Lealtad», uno de los adelantos de Zetazen, lanzado en marzo, el artista madrileño vuelve a sus orígenes con una canción de rap puro que recuerda al estilo de su álbum «Inside», como él mismo recuerda: «2011 saqué ‘Inside’, de esa época queda casi nadie». Rubén eligió añadir una canción de rap a «su álbum más completo», según el propio cantante, porque la producción de este género fueron sus raíces en la música y de ahí aprendió el significado de la lealtad.
El piano y las cajas recuerdan a canciones como «Tarde», «Inside» o la canción que 13 años después los fans le siguen reclamando al cantante que toque en sus conciertos: «Salir entero».
La canción hace referencia a que Zetazen ha comprendido durante este viaje de autoconocimiento que para las personas que ha dejado atrás en su vida y para él, la lealtad tiene diferentes significados, y que él no ha venido a este mundo para educar a nadie sobre este concepto.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen. La mezcla y mastering corren a cargo de Slatin.
10. Me Preguntaba
Zetazen termina hasta este momento «y cuando nos crucemos, qué?» con una canción de hip hop con elementos electrónicos, detalles muy marcados del sintetizador y unos coros llenos de matices, que transmiten un sentimiento de esperanza y tranquilidad a los fans.
La temática de la canción trata sobre la rapidez del paso del tiempo, como efímero o transitorio, y cierra el ciclo del álbum al preguntar sobre qué ocurriría si un acompañante especial de Rubén se sube con él a su avión -y así cruzarse con esa persona-, en un trayecto que no está lleno de cosas buenas, si no que también tiene altibajos. Pero que juntos, gracias a la intuición y a la suerte de los dados, pueden superar todos los obstáculos que se les interpongan en el camino.
La canción está escrita e interpretada por Zetazen. La producción corre a cargo de Zetazen, Mees Bickle y Baghira. El mastering corre a cargo de Slatin.
11. ¿Quieto?
Zetazen y los domingos. Posiblemente la relación más famosa de la música urbana y que el propio artista no está seguro de cuándo comenzó, pero recuerda que sus primeras canciones las subía a YouTube ese día tan sagrado. Con el tiempo, la gente comenzó a decir «los domingos son de Zetazen», creando una especie de ritual.
Los domingos son días para descansar, recapitular, reflexionar y mirar con perspectiva tanto al pasado como al futuro. En cierto sentido, sirven como «medicina para el alma», como diría Rubén. Y este es el concepto de este álbum.
De ahí el «hace un mes que todos los días es domingo» de «Derramo el licor» o el «en otra vida fui domingo» de «Al borde».
El broche final a «y cuando nos crucemos, qué?» tiene que ser cerrado un domingo de Zetazen, donde todo esté en calma, en plena quietud, como cuando acabas de volver de un viaje. Posiblemente por estrategia de marketing, al igual que Recycled J cuando lanzó «OHYALELÉ» como pista sorpresa del EP Preludio, semanas después de lanzar este mix; este sea el día reservado por Rubén para el lanzamiento de la última canción de un álbum innovador y versátil a partes iguales.
«Quieto», uno de los poemas de ‘Manos Frías’ que aparece en su página 61, es una canción que nunca lanzó y que ya había adelantado años atrás a través de un vídeo compartido por su canal de Telegram llamado ‘Diario Zetazen’. En el vídeo se podía apreciar esta letra sobre la instrumental de un piano.
Quieto,
Todo el mundo tiene un plan,
unos vienen y otros van
y yo permanezco quieto.
No se está tan mal aquí,
si me diste una señal,
dime cómo la interpreto.
Algo se siente cuando no se siente nada
viendo cómo el templo cae
conmigo dentro.
No sé dejar de estar quieto.
Sin embargo, según el propio Rubén, «Quieto» ya no está producida con un piano, si no que le ha dado un cambio completo de concepto a una producción que sus seguidores llevan más de dos años esperando con ganas y a los que ha respondido sobre su lanzamiento: «Nunca subestimes a un jugador».
Sin duda, estamos ante el álbum más versátil de la extensa trayectoria de 15 años del artista madrileño. Ninguno de sus 7 discos anteriores había conseguido plasmar un concepto de forma tan armónica como «y cuando nos crucemos, qué?». Después de un 2022 bastante «oscuro», desde ELEKAESE nos alegramos de que Zetazen haya creado una obra tan completa y estamos deseando verle cumplir a él y a sus fans el sueño de llenar un futuro Wizink Center o el Palacio Vistalegre -como ya llenó La Riviera en noviembre- y disfrutar de tantos géneros distintos de la música urbana en un mismo show.

