MORI: UNA PEQUEÑA SALA PARA UN GRAN ARTISTA

HUGO FERNÁNDEZ

El 16 de mayo, un día después de que acabaran las fiestas de San Isidro de este año, que nos dejaron el tan comentado concierto de Ralphie Choo, otro de los integrantes de RusiaIDK nos tenía preparado su show.

Con más de una hora de antelación ya se encontraban las primeras personas haciendo cola, esperando a entrar en la Sala Clamores, donde se iba a celebrar el evento. Conforme pasaba el tiempo esta se iba haciendo más larga mientras que, paralelamente, la expectación iba aumentando. No era de extrañar que gente que paseaba por la calle de Alburquerque se quedase mirando, y es que no paraba de oírse lo mismo: “Pero, ¿quién toca hoy?”.

Tocaba, efectivamente, Mori, el pionero del bedroom pop en nuestro país, aunque sería pobre simplemente encasillar al cantante así, ya que el cantante con más de un lustro de trayectoria, pese a no contar con una extensa discografía, ha demostrado ser uno de los artistas más versátiles y vanguardistas con los que contamos en la escena española.

EL CONCIERTO

Alrededor de las nueve menos cuarto –la sala empezó a acoger al público a las ocho– las luces atenuaron, la música comenzó a sonar y Mori, encapuchado y vestido de negro, tal y como se mantendría durante el resto del concierto, apareció. El público quedó enmudecido, y es que es imposible no hacerlo, ya que, y es una de las cosas que destacaría del cantante, hace que desde un primer momento te comprometas e inmersas en su actuación.

Después de la primera canción y un breve saludo al público, en el que al de Ceuta se le notaba nervioso, y en consecuencia humano, invitó a subir al escenario a María MorenoAMORE, en términos artísticos–. La intérprete de temas como Fuensanta De Noche le acompañaría al teclado y coros durante gran parte del show, y era precisamente en los momentos donde ella se encontraba al escenario cuando más veíamos fluir a Mori. En la pareja es indiscutible el talento y la química.

Sin embargo, no fue la única invitada: al pequeño escenario de la sala se subirían también Irenegarry a acompañar con la guitarra –pese a algún pequeño fallo técnico que lo impidió al principio–, y, por supuesto, el artista con el disco más aclamado del pasado año, Ralphie Choo. Con este último interpretaría bobo.0110001v3, sencillo que estrenaron en 2022.

Entre el repertorio del show pudimos oír algunos de los temas más queridos por el público del artista, como linda como tú –mi favorita personal–, o i2i, y, probablemente lo más emocionante, canciones inéditas que vinieron seguidas de una noticia que todos los allí presentes queríamos oír: hay un álbum en camino.

“Me siento un impostor porque no he sacado prácticamente música en este último año, pero quiero que sepáis que estoy componiendo mucho y trabajando en un álbum que refleje el esfuerzo y del que me sienta orgulloso”, aseguró, provocando la instantánea emoción en el público. Además, nos dio pistas del rumbo que va a seguir su anhelado debut, y es que pese a que como él mismo dice, hasta ahora solo había hecho canciones de desamor, las que se vienen hablan sobre amor. “¡Será porqué estoy enamorado!”.

Finalmente, pasada más de una hora, el concierto cerró con una preciosa versión de “Algo Bonito”, y pese a que el público deseaba con ansia que no se acabase allí, Mori nos dejó con la miel en los labios. Es entendible, ya que al fin y al cabo, por mucho que él nos cante durante horas, siempre querríamos seguir escuchándole unos minutos más.

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