La artista catalana ofreció un maravilloso espectáculo de música, luz, color y muchas sorpresas
La tarde del pasado 25 de abril, el Paseo Bajo de la Virgen del Puerto de Madrid parecía un cuadro pintoresco. Cientos de fans hacían fila esperando a que abriera La Riviera. Llevaban pancartas, chokers con pinchos, toda clase de pelo postizo, looks kawaii, altavoces y grandes gafas de sol. De fondo sonaba “Generación de Cristal”, el último EP de su ídolo: la artista multidisciplinar LUNA KI.
La cantante de ascendencia hispano-cubana ha destacado en el último lustro por su música frenética e impredecible. Aparte de su estética llamativa, su gran creatividad a la hora de componer y su activismo a favor de la diversidad sexual y la salud mental le han valido a LUNA KI el cariño de todos sus seguidores. Y el pasado jueves se demostró en un multitudinario show donde el público abrazó a la artista, literal y figuradamente.
Que empiece la fiesta
Mientras la sala empieza a llenarse, echamos un ojo al merchandising de la artista. Discos firmados, ropa, tazas y complementos al más puro estilo LUNA KI. Con la puntualidad de un reloj suizo dando las 20:15 comienzan los teloneros: Por las Noches, el grupo underground madrileño conformado por Edu el músico, Luis Basilio, el productor Raúl Santos y Álex de Lucas.
Su música es divertida y tradicional, suena tan fresca como la verbena de un pueblo en las fiestas de cada año. Media hora de punk, electrónica y folclore en un escenario donde convergen cuatro artistas rocambolescos. Más tarde volverían a aparecer en escena para cantar “Lo que duele” junto a LUNA KI.
Son las 21:15 y el público empieza a corear su nombre ansiosamente. Mientras LUNA KI se prepara, suena un hilo musical de divas como Lady Gaga, Fergie o Madonna. Son las 21:30 y todo está listo. Aparece en pantalla la imagen del tour, ella sobre una esfera de cristal, y la audiencia colapsa. Entonces sale LUNA KI cantando “Supernova” y se quita la peluca al final.
“Show must go on”
“Aunque me equivoque, tenga vergüenza y mil inseguridades”, dice, “tengo el mejor público del mundo”. Hoy muestra su debilidad, no quiere ser un personaje sino ella misma con todos sus defectos. Canta las primeras canciones, recoge el dibujo de un fan y tiene leves problemas técnicos con su “in ear”, gajes del oficio. Por último, realiza un ritual junto con su público para “tirar todas las preocupaciones por la ventana” y el espectáculo continúa.
Aparecen “las kitties”, seis bailarines con las iniciales “GDC” impresas en la camiseta mientras LUNA KI canta “Dispara”. Después, la artista dedica la canción “McQueen” a su difunta amiga Carmen y a quienes como ella sufrieron problemas de salud mental. Sucede un interludio mientras ella se cambia de ropa y, a continuación, presenta una balada que solo ha cantado en sus conciertos hasta el momento, “No soy diosa”, y estrena un tema inédito, una bachata romántica y bailonga.
Canta “Enero”, “Febrero” y “Septiembre”, tira agua al público y pasa lista de asistentes. Agradece la presencia de su abuela, sus padres, Samuraï, Paula Cendejas, Pablo Ares y Roberto Carcassés, entre otros. Luego se lanza al público, que la recoge en volandas mientras suena “Tu tumba (Raw)”. Por último, ondea la bandera no binaria que le ha dado un fan, canta su último single “Harakiri” y sale su abuela para entregarle un ramo de flores.
Si Luna Górriz (Barcelona, 1999) escogió “KI” como su apellido artístico porque significa “energía vital” en japonés, lo hizo con muy buen acierto. Ella es un escándalo público, una artista frenética y eléctrica. Puede con todo y es una caja de sorpresas.
FOTOGRAFÍAS DEL CONCIERTO HECHAS POR CARMEN SERRANO:











































