La gestora artística nos acompaña en un recorrido por un espacio donde cualquier expresión creativa es bienvenida

FOTOGRAFÍAS POR: Ruth Sierra

ESCRITO POR: Daniel Gallego

En el barrio madrileño de Arganzuela, más concretamente en el paseo de Santa María de la Cabeza, se halla un espacio multidisciplinar que sirve, entre muchas otras cosas, como centro cultural, galería o estudio de tatuajes. El local, formado por amplias ventanas y paredes blancas, atrae la atención desde la distancia. Se trata de Cuttoo.  

Al entrar está Angie con su ordenador en la sala principal, probablemente haciendo algún Excel. Ella lleva trabajando aquí dos años, si bien lleva dedicándose al comisariado artístico desde 2018. A su izquierda hay un pasillo que lleva a una cafetería y a otra sala con muebles de madera, y también una escalera de caracol que conduce al piso de arriba. A su derecha, la exposición Memento Mori. Marilyn Monroe, de Lucía Amor, que estuvo disponible hasta el 4 de abril. 

P: Cuando entramos en Cuttoo, ¿Qué nos encontramos, adónde podemos acceder y cómo podemos participar del local?

R: Nada más entrar habéis visto la exposición de Lucía Amor, su primera exposición individual. El 16 de marzo dio un taller de retratos. También hay una tienda de arte y artesanía. Son pequeñas marcas, no tenemos grandes colaboradores. Aquí tenemos joyería artesanal, de hecho arriba tenemos un coworking de joyeros que trabajan con materiales más caros. En este pasillo hay una sección de libros: Teresa, la fundadora del espacio, publicó un libro con la editorial Mueve tu lengua (@muevetulengua_), y aquí tenemos diversos libros.

P: ¿De qué tipo son los eventos que se celebran en Cuttoo?

R: Teresa y yo somos bastante distintas a la hora de gestionar eventos: yo tiro más para un público más joven y alternativo, así como la moda y la innovación digital. Ella, como es madre, le encantan las cosas para peques, como cuentacuentos o teatritos. Es un público muy diverso. Algo que he descubierto de Madrid -soy de Sevilla- es que antes de venir pensaba que existían los “modernos de Madrid” como un todo, pero hay como veinte tipos de modernos distintos. Por cada evento descubro un nuevo tipo de “moderno de Madrid”. Hay algunos que me caen mejor y otros peor. 

P: ¿En Cuttoo hay música y cine?

R: Sí, a mediados de abril vuelve Sielo (@sielo.mp3). Ya sería la quinta edición que hacen aquí. Siglo consiste en artistas emergentes que hacen pequeños conciertos de un par de canciones. Lo lleva el sello Snap! Clap! Club (@snapclapclub) y otras personas que salieron de un máster en Gestión cultural. En cine hicimos el festival Euphoria (@festival_euphoria) sobre la memoria trans, y de vez en cuando hacemos proyecciones diversas. El año pasado hubo un ciclo de cine lowcost en el que cada semana se proyectaba una película de bajo presupuesto de algún cineasta español.

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Angie nos acompaña a subir por la escalera de caracol hasta llegar a un pasillo adjunto a varios estudios. En él hay un par de carteles informativos. 

P: ¿A qué están dedicadas estas estancias?

R: Este es el estudio donde trabajan los tatuadores para hacer diseños, y más allá hay cabinas de tatuajes, una de ellas para personas discapacitadas. Aquí también se encuentra el coworking de joyeros.  

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No podemos entrar en ninguna de las habitaciones puesto que no están aquí las personas que trabajan en esta parte del local, por lo que volvemos a bajar después de que Ruth, nuestra fotógrafa de ELEKAESE mag, le haga un par de retratos fotográficos en la escalera de caracol. 

P: Nos gustaría saber también sobre tu carrera profesional dentro del comisariado artístico. ¿Contabas ya con experiencia dentro del comisariado artístico antes de entrar en Cuttoo? ¿Te dedicas a otras cosas al mismo tiempo que trabajas aquí?

R: Antes de entrar llevaba cuatro años haciendo eventos, sobre todo autosugestionados. Fue una aventura meterme en un espacio privado porque mi ideal era trabajar en un espacio público, pero con esta oportunidad creo que tengo mucha suerte porque los gestores culturales lo tenemos muy complicado. Yo he seguido haciendo proyectos tanto autogestionados como en instituciones públicas. Hago cosas de educación cultural puntuales, como un taller de cómic que di en La Casa Encendida (@lacasaencendida), y también llevo a un grupo de jóvenes en el CA2M (@ca2mmadrid), así como festivales de cine como el Íntima Fest (@intimafest), entre otras cosas.

P: En el ámbito de espacios culturales como este, ¿hay ambiente de competencia? ¿Hay apoyo desde fuera? 

R: En Madrid hay muchos eventos culturales. Espacios tan grandes como este…creo que no. competencia existe porque Madrid está “petado”: es imposible que un fin de semana no tengas nada que hacer. Por otra parte, los que nos han ayudado a levantar Cuttoo han sido las personas que vienen aquí, consumen y participan del espacio.

P: ¿El trabajo de comisaria en Madrid supone también compaginar con otros trabajos o es algo de lo que se puede vivir?

R: En el ámbito privado es un trabajo asalariado. Yo soy adicta al trabajo y me gusta seguir creciendo, por lo que tengo más cosas, pero es difícil. Lo es para la gestión cultural en general.

P: ¿Y qué te movió a ser comisaria?

R: Hice un evento: ni en Sevilla ni en toda Andalucía habían festivales de fanzines. Fui allí un verano movida por los que se hacían en Madrid y Barcelona. Fue increíble, lo “petó” muchísimo. Al tiempo me enteré de que eso era un “trabajo” de verdad.

P: ¿Consideras que desde la cuarentena ha habido un boom en los fanzines? Tú has estado en mercadillos donde has vendido los tuyos propios. ¿Crees que los fanzines van a definir esta época?

R: Sí. Antes de la COVID-19 ya estaba siendo súper fuerte el auge de los festivales de fanzines. En cambio, en los últimos años se ha dado la entrada del fanzine al museo como archivo a estudiar. Antes era un proyecto artístico que estaba al margen, pero poco a poco va introduciéndose. Igualmente, la escena del fanzine es tan diversa que hay gente que lo utiliza como un medio para luego publicar un libro o hacerse conocido como ilustrador, mientras que hay gente que no, que hacemos fanzines por el mero hecho. Nos da igual que sean feos con que cuenten algo. Yo estoy a favor de meter a los fanzines en los museos. No le quitan la esencia independiente excepto cuando los artistas deciden encarecer el fanzine, venderlo por más de cinco euros y convertirlo casi en objetos de arte. Eso me molesta. El fanzine está hecho para ser asequible. 

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Poco antes de finalizar la entrevista, oímos gritos de fondo. Nos acercamos al escaparate para ver qué sucede. «¡Ah! Son los de la escuela de actuación de aquí al lado. Están haciendo una performance», dice Angie. Curiosos por ver la escena improvisada por la Sala Cuarta Pared (@salacuartapared), nos acercamos para ver en qué consiste: encadenado a un árbol hay un chico encapuchado y amordazado sujetando un cartel en el que aparece escrito «Mañana es tarde. Madrid no se tala», haciendo alusión a la tala de árboles masiva propuesta por el gobierno autonómico. Esta escena, junto a la descripción del espacio artístico, hace necesario reconocer lo nutrido de cultura que está este barrio cercano al centro de la ciudad y a la capital española en general.